El Gobierno neerlandés presentó este viernes su dimisión en bloque por la polémica provocada por las ilegalidades administrativas en la asignación de las ayudas a familias con hijos, que afectó principalmente a padres de origen migratorio y llevó a muchos a endeudarse para devolver a la agencia tributaria lo recibido durante años, informan los medios locales y confirma la televisión holandesa NOS.
A tan solo dos meses de las elecciones legislativas, el gabinete dirigido por el liberal Mark Rutte asumió la responsabilidad política por lo ocurrido, considerado por la prensa el mayor escándalo político y administrativo de las legislaturas de Rutte, al frente de sucesivos gobiernos desde 2010.
El Ejecutivo permanecerá como gobierno interino hasta los comicios del 17 de marzo, lo que le permitirá seguir gestionando la pandemia y aplicando las restricciones necesarias como parte del actual confinamiento, que mantiene cerrada toda la actividad no esencial hasta al menos el 9 de febrero.