El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, compareció recientemente en el Senado para abordar la situación de las elecciones en Venezuela, en medio de acusaciones de fraude y represión por parte del régimen chavista de Nicolás Maduro. La comparecencia de Albares se produjo en un clima de intensa polémica, marcado por duras críticas de la oposición, especialmente del Partido Popular (PP) y Vox.
La Posición de Albares: Prudencia y Defensa del Gobierno
Durante su intervención, Albares defendió la actuación del gobierno español en relación con las elecciones venezolanas, destacando que España fue «la primera en reaccionar» ante los resultados y calificó como «bulos» las críticas del PP y Vox que acusan al Ejecutivo de Pedro Sánchez de mantener un silencio cómplice frente a las irregularidades electorales en Venezuela.
El ministro se abstuvo de reconocer explícitamente la victoria de la oposición venezolana, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, a pesar de que el 83,5% de las actas electorales les otorgaría la victoria según la oposición. En su lugar, Albares enfatizó que el Gobierno mantiene abiertas las vías de comunicación tanto con el gobierno venezolano como con la oposición, sin significarse abiertamente con ninguna de las partes.
Albares también aprovechó la ocasión para criticar al PP, negando que el Gobierno haya desatendido a una delegación del partido que viajó a Caracas para verificar el proceso electoral. A lo largo de su intervención, el ministro repitió en varias ocasiones que las acusaciones de complicidad del gobierno español con el régimen de Maduro eran «falsedades».
Críticas desde el PP y Vox: Acusaciones de Silencio Cómplice
La comparecencia de Albares no estuvo exenta de fuertes críticas por parte de la oposición. Alicia García, portavoz del PP en el Senado, fue especialmente contundente en su intervención, reprochando al ministro su negativa a reconocer el presunto fraude electoral y su silencio respecto a la situación en Venezuela. García también señaló la supuesta connivencia del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero con el régimen chavista, aludiendo a su falta de pronunciamiento sobre las elecciones.
Además, la senadora mencionó las «maletas de Delcy», un episodio controvertido que involucró a Delcy Rodríguez, expresidenta venezolana, y el exministro José Luis Ábalos, sugiriendo una posible conexión entre este escándalo y la actuación del gobierno español en relación con Venezuela.
Por su parte, el senador de Vox, Ángel Pelayo, acusó al gobierno de Sánchez de «negar la evidencia» al no reconocer la victoria de la oposición en las elecciones venezolanas. Pelayo afirmó que la falta de acción del Ejecutivo español contribuye a la perpetuación de la «brutalidad y la represión» del régimen chavista.
Anuncios de Albares y la Respuesta de la Oposición
Como parte de su comparecencia, Albares anunció que España acogerá a los ciudadanos de República Dominicana expulsados de Venezuela y reiteró el compromiso del Gobierno con la democracia, aunque sin alinearse con ninguna de las partes en conflicto. También adelantó que los próximos 29 y 30 de agosto, durante la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea, España pedirá que se aborde la situación en Venezuela, subrayando la necesidad de un liderazgo español en este asunto, pero sin aclarar si se solicitarán sanciones contra Maduro o el reconocimiento de la victoria opositora.
El PP, por su parte, ha anunciado que llevará al primer Pleno del Parlamento Europeo en septiembre la propuesta de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Además, el partido exigirá la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en la Comisión de Exteriores de la Eurocámara para que explique su postura ante los acontecimientos en Venezuela.
Una Comparecencia Marcada por la Controversia
La comparecencia de José Manuel Albares en el Senado sobre las elecciones en Venezuela ha puesto de manifiesto las profundas divisiones políticas en España respecto a la situación en el país sudamericano. Mientras el Gobierno defiende su posición de prudencia y diálogo, la oposición exige una postura más firme y critica duramente lo que percibe como una falta de condena clara al régimen de Maduro y a las irregularidades electorales. La situación sigue siendo un tema delicado y de alto perfil en la política exterior española, con implicaciones tanto internas como internacionales.