La Asociación de Consumidores y Usuarios (OCU) ha informado que la cesta de la compra ha experimentado un aumento significativo del 38% en los últimos tres años, siendo el aceite de oliva uno de los productos que más ha visto incrementado su precio. Específicamente, el aceite de oliva suave de marca blanca ha registrado una subida alarmante del 225%, pasando de costar 2,35 euros en 2020 a 7,66 euros en 2023.
Aumento de la Delincuencia en el Sector
La elevada demanda y el incremento en los precios han convertido al aceite de oliva en un objetivo atractivo para los delincuentes. Según reportes de la Guardia Civil, el pasado mes de marzo se detuvo a seis personas implicadas en el robo de 15 toneladas de aceitunas en Madrid. Además, se ha observado un cambio en los métodos utilizados por los ladrones, quienes ahora optan por la tala directa de olivos para apoderarse del fruto.
Casos Específicos de Robo y Tala
En Córdoba, varios olivareros han enfrentado la tala de 30 árboles, lo que ha resultado en la pérdida de aproximadamente 70 kilos de aceitunas. Este incidente marca la tercera ocasión en la que estos agricultores han sufrido la reducción de su número de olivos, resaltando una preocupante falta de vigilancia en las zonas rurales.
Acciones de la Guardia Civil
Mientras tanto, en Ciudad Real, la Guardia Civil ha intensificado sus esfuerzos para combatir el contrabando de aceite de oliva. Recientemente, se han precintado 45,000 litros de aceite de oliva que iban a ser comercializados sin cumplir con las condiciones sanitarias mínimas. Además, los agentes han descubierto operaciones fraudulentas que incluyen la compra de 574,908 kilos de aceitunas y facturas de venta de aceite por un valor superior a los 850,000 euros.
Implicaciones y Medidas Preventivas
El aumento de los precios y los robos en el sector del aceite de oliva no solo afectan a los productores y comerciantes, sino que también tienen un impacto significativo en los consumidores finales. Es fundamental que se implementen medidas más estrictas de seguridad y vigilancia en las áreas de cultivo, así como controles más rigurosos en la cadena de suministro para asegurar la calidad y seguridad del aceite de oliva que llega al mercado.
La situación actual exige una respuesta coordinada entre las autoridades, los productores y las asociaciones de consumidores para proteger este valioso recurso y garantizar que el mercado del aceite de oliva en España siga siendo sostenible y seguro para todos los involucrados.