La Junta local de gobierno del Ayuntamiento de Puertollano ha dado luz verde a la financiación necesaria para proceder con la demolición de dos inmuebles emblemáticos de la ciudad, marcados por el paso del tiempo y el deterioro. Con un presupuesto asignado de 433.112,82 euros, IVA incluido, los trabajos para demoler los edificios situados en la calle Torrecilla 27 y Hospital 15, ambos de propiedad municipal, comenzarán con un plazo estimado de ejecución de dos meses.
Edificios con Historia y en Ruina
Los edificios afectados, conectados internamente, se encuentran en un estado crítico de deterioro, presentando un riesgo inminente de hundimiento. Esta situación no solo constituye un peligro para la seguridad de los peatones y las propiedades colindantes, sino que también ha generado problemas de salubridad y humedades en la zona. En su día, estos inmuebles albergaron el primer instituto de secundaria Fray Andrés y el antiguo juzgado de la ciudad, cada uno con su propia historia y contribución a la comunidad de Puertollano.
Del Colegio de Segunda Enseñanza al Instituto Fray Andrés
El inmueble de la calle Torrecilla, originalmente construido durante la Segunda República por Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1932, sirvió como colegio subvencionado por el Estado antes de transformarse en el Instituto Elemental de Segunda Enseñanza Fray Andrés. A lo largo de los años, ha visto pasar a generaciones de estudiantes, convirtiéndose en un pilar educativo hasta su traslado en 1956 y posterior cese de actividades en la localización original a finales de los 80.
El Antiguo Juzgado con Raíces en la Beneficencia
Por otro lado, el edificio de la calle Hospital, que inicialmente sirvió como hospital y lugar de acogida en los siglos XVII y XVIII, pasó a ser sede judicial antes de cerrar sus puertas en el siglo pasado. Su estado actual de ruina pone fin a una larga historia de servicio a la comunidad de Puertollano.
Un Futuro por Definir
La decisión de demoler estos edificios, tomada por el Ayuntamiento, responde a la necesidad urgente de abordar los riesgos que representan para la seguridad y salud pública. Sin embargo, este acto también cierra un capítulo importante en la historia de Puertollano, marcando el fin de dos edificaciones que, en su momento, jugaron roles cruciales en la educación y administración de justicia de la ciudad.
La comunidad espera que este paso hacia la renovación urbana respete la memoria histórica de los inmuebles, y que los proyectos futuros para estos espacios contribuyan positivamente al desarrollo y bienestar de Puertollano. A medida que la ciudad avanza, permanece el recuerdo de estas estructuras como testigos mudos de su rico pasado y como recordatorio de la constante evolución de la sociedad.