El FMI desarma la subida fiscal de Sánchez y censura la subida a pensionistas y funcionarios

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El Fondo advierte de que las subidas del IVA y los impuestos medioambientales afectarán especialmente a las rentas más bajas y apunta que, ante el complejo contexto, es mejor retrasar su aplicación.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pide al Gobierno que no aplique en este momento el incremento que prevé sobre el IVA de las bebidas azucaradas, y que tampoco suba los impuestos mediomabientales, entre los que se encuentran el endurecimiento de la figura que grava el diésel o el impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables. Y reclama al Ejecutivo que no aplique estas medidas para proteger a las rentas bajas.

Así consta en la revisión a la economía española que este viernes ha publicado el organismo dirigido por Kristalina Georgieva, documento en el que apunta que «las medidas que pueden tener un efecto desproporcionado sobre la población de bajos ingresos, como elevar la recaudación del IVA o aumentar los impuestos ambientales, deben esperar hasta que la recuperación sea firme».

Esto es, que considera que las actuaciones pueden ser positivas, pero no en un contexto tan complejo como el actual. Pero además, esta advertencia contiene un trasfondo que va mucho más allá de las dos medidas concretas y que desmonta una parte fundamental del discurso del Ejecutivo: su subida de impuestos sí afecta a las clases medias. De hecho, lo hace a las rentas más bajas, a la denominada clase trabajadora, lo que sin duda choca con el «este Gobierno no subirá los impuestos a la clase media» que siempre defienden tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Además, el organismo se ha mostrado también crítico con la decisión del Gobierno de incrementar las pensiones y los sueldos públicos y, en concreto, con que la adquisición de estos compromisos supone un incremento permanente de los niveles de gasto. «Deben evitarse los compromisos de elevar permanentemente los coeficientes de gasto corriente, por ejemplo a través de la masa salarial y las pensiones (públicas), dado el elevado déficit fiscal estructural y las presiones de gasto a largo plazo derivadas del envejecimiento de la población», ha explicado Andrea Schaechter, responsable de la misión del Fondo en España, en la rueda de prensa que ha ofrecido. Y, además, ha recordado que «los incrementos de las pensiones no solo han mantenido el poder de compra sino que han ido más allá«

En lo que al mercado laboral respecta, el Fondo considera que es momento para profundizar en las reformas que el mercado laboral necesita pero, al mismo tiempo, subraya la utilidad y los buenos resultados que han permitido alcanzar la modificación que llevó a cabo el Ejecutivo de Mariano Rajoy. «La reforma ha ayudado a mejorar la situación en el mercado laboral», ha defendido Schaechter, a lo que ha añadido que cualquier modificación deberá ser «estudiada con cuidado», en clara alusión a la intención del Gobierno de eliminar los «aspectos más lesivos» de esa legislación.

En este sentido, el Fondo propone algunas actuaciones como la introducción de un contrato único y la denominada mochila austriada ya que, en su opinión, «tiene el potencial de reducir significativamente la segmentación del mercado laboral en España, sin aumentar el coste del despido para las empresas ni reducir la protección del empleo para los trabajadores».

Asimismo, el FMI se ha sumado a las dudas que el Banco de España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el Banco de España e incluso la Comisión Europea han manifestado antes las cifras que el Gobierno plasmó en su plan Presupuestario. El Fondo no comparte ni la estimación de crecimiento ni de déficit y tampoco la proyección de deuda que prevé el Ejecutivo. Y afirma que «el panorama macroeconómico que sustenta el proyecto de presupuesto del Gobierno es optimista«, a lo que añade que un resultado del PIB del cuarto trimestre más débil de lo estimado, como amenazan con provocar las medidas de confinamiento, «dificultaría el crecimiento del PIB real proyectado para 2021«.

Según los datos del Fondo, el Producto Interior Bruto (PIB) de España se desplomará un 12,8% este año, cifra que empeora de manera sensible el 11,2% que consta en la previsión oficial. Además, el rebote en 2021 será del 7,2%, lo que está incluso más lejos del 9,8% que prevé el Gobierno incluyendo el impulso de los fondos europeos.

El déficit el próximo año, por su parte, se irá al 14,1%, previsión que una vez más se aleja de manera notable del 11,3% que estima Hacienda. En 2021, eso sí, el FMI espera un dato incluso inferior al del Gobierno: un 7,5% por el 7,7% recogido en el Plan Presupuestario. Con todo ello, la deuda se disparará hasta el 123% el próximo año, lo que suponen cinco punto más que el 118% del Gobierno. Esto es, una diferencia de más de 50.000 millones de euros.