Los mosquitos se han desarrollado especialmente en los humedales del río Guadalquivir en la zona de su desembocadura.
El brote de virus del Nilo que ha causado siete muertes en Andalucía acabará cuando «llegue el frío de verdad» y las temperaturas no superen los veinte grados, lo que cortará la reproducción de los mosquitos que propagan la enfermedad, según ha explicado a Efe Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana.
Los mosquitos, que este año han experimentado un incremento de más del 30 por ciento respecto a la media anual por las lluvias de mayo y el confinamiento, siguen reproduciéndose sobre todo en las zonas de arrozales, que no se pueden fumigar para no dañar el grano hasta que se produzca la cosecha, un proceso que se suele hacer en octubre.
Por ello, se recomienda no visitar aún las zonas cercanas a los cultivos de arroz, donde sigue habiendo «grandes concentraciones» de mosquitos, según precisa Figuerola, que también es director de un grupo de investigación en el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de epidemiología y salud pública y especialista en el virus del Nilo.
Los mosquitos se han desarrollado especialmente en los humedales del río Guadalquivir en la zona de su desembocadura y están en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana.
Mientras que persistan las temperaturas cercanas a los 30 grados, como ha ocurrido esta semana en la provincia de Sevilla, seguirá habiendo mosquitos y por tanto la posibilidad de que se propague el virus del Nilo, por lo que siguen vigentes los consejos de usar repelentes y mosquiteras que impiden su entrada en las viviendas.
Durante el recorrido por los laboratorios de la Estación Biológica Doñana de Sevilla en los que se investiga con los mosquitos, el especialista resume cuándo Andalucía dejará de estar libre del actual brote: «Hasta que no dejemos de ir en manga corta».
En las zonas urbanas ha habido unos «tratamientos adecuados» para controlar los mosquitos, sobre todo en pueblos de mayor incidencia del brote, como La Puebla del Río o Coria del Río, en Sevilla, aunque el investigador insiste en que el próximo año se hagan de forma preventiva en primavera antes de que se produzcan las primeras afecciones en humanos y en caballos.
El actual brote, que mantiene aún a 36 personas infectadas y afectó a un centenar de caballos, se considera el mayor registrado en España de «patógenos transmitidos» por mosquitos desde que se erradicó la malaria en España desde los años 60 del siglo pasado, ha precisado Figuerola.
El hecho de que haya afectados por este brote en Extremadura no significa que los mosquitos se hayan desplazado desde Sevilla a la comunidad extremeña, porque diversos estudios universitarios han confirmado que el virus «lleva años» tanto en Andalucía como en otros territorios.
Investigadores extremeños concluyeron que el 20 % de caballos tenían anticuerpos del virus del Nilo, lo que según el investigador de la estación de Doñana explica que lleva «circulando» por Extremadura desde hace años, algo que asegura también ocurre en Cataluña o en Castilla.
El virus del Nilo Occidental es una enfermedad que se transmite a las personas por la picadura de mosquitos después que hayan recibido la infección de los pájaros en su proceso de alimentación.
Las aves son consideradas reservorio de la enfermedad y actúan normalmente como portadores sanos, aunque juegan un papel muy importante en la diseminación del virus.
En torno al 80 % de las personas infectadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no experimentan síntomas, mientras que el 20 por ciento restante sí manifiesta sintomatología y en su diagnóstico más grave da lugar a encefalitis o meningitis, que pueden llevar a daño cerebral y la muerte.