Vox defiende que su moción es contra un «Gobierno ilegítimo» y apunta a Sánchez e Iglesias: «Son el fraude y la ruina»

santiago abascal
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Vox había marcado este día en rojo en el calendario. El Congreso, en un contexto de pandemia, se preparaba para otra jornada que se registrará en la historia más por la forma que por el fondo: turno para una moción de censura que nacía sin apoyos, y que miraba para muchos más hacia el PP que hacia un Gobierno que después de ella iba a seguir en pie. Como si nada. Ignacio Garriga fue el primero en tomar la palabra, como escudero de Abascal, y empezó «desmontando» los argumentos en contra de la moción.

«Es un deber nacional que asumimos ante la inacción del resto», arrancó, al tiempo que calificaba el Gobierno de Sánchez e Iglesias como «el fraude y la ruina» y acusaba a PP y Ciudadanos de «sostener» al Ejecutivo. «El objetivo es construir mayorías para pervertir el sistema» y «protegerse de sus responsabilidades criminales». Por eso la necesidad de la moción es «imperiosa». ¿Cuál es el objetivo de Vox? «Alertar de la deriva y evitar la ruina de millones de españoles».

El portavoz de Vox marcó los primeros pasos del partido en estas jornadas «No nos mueve solo la adquisición del poder, y sí para que queremos el poder», sostuvo, frente a que «el fin del Gobierno es convertir las instituciones de órganos impositivos de una ideología que conduce a la ruina económica y social de este país». Eso sí, la formación de extrema derecha sabe que el resultado es claro: «Puede que perdamos, pero habremos dado cuenta de que hay motivos para convocar elecciones».

Ellos no ven el resultado final como algo negativo, y así lo asumió Garriga. «Más perderán los diputados que tendrán que explicar a los españoles su responsabilidad en la continuidad de este desastre», porque «las mociones sirven para dejar constancia de la falta de confianza de los diputados en el Gobierno». Vox repitió aquí un mantra repetido en las últimas semanas: «Ninguna moción ha tenido tantos motivos como la presente».

«Una serie en la que cada temporada es peor que la anterior»

Garriga puso de ejemplo las mociones y recopila datos económicos para seguir su exposición. «Ni el propio Gobierno es capaz de ocultar este drama social», comentó, y miró directamente a Iglesias. «No pierda el tiempo señor Iglesias viendo más series. Ustedes han hecho una serie en la que cada temporada es peor el anterior«. Para Vox, el Gobierno es «ilegítimo» porque «lo primero que hizo fue cometer fraude electoral». El diputado apoyó esta tesis en afirmaciones pasadas de Sánchez, y le aseguró que al presidente «no le importa España con tal de colmar su ambición de poder».

Hilando mal el discurso en algunos momentos, Ignacio Garriga afeó la presencia de la «pareja» Iglesias-Montero en el Consejo de Ministros y el apoyo de ERC y Bildu, que quieren «destruir la democracia». Ahí volvió enfocarse en el presidente del Gobierno: «De ellos depende que usted pueda dormir una noche más en Moncloa» puesto que el PSOE está presente «en todos y cada uno de los momentos oscuros de nuestra historia» y ahora se han rendido ante los enemigos de la nación para liquidar el estado de derecho. Se trata de una convergencia de intereses en torno al poder». Y se preguntó «dónde ha quedado el sentido de Estado de gente como Edmundo Bal».

Entonces salió el componente ETA. «Los representantes de ETA en las instituciones no son solo socios sino que reciben el pésame del presidente«, esgrimió un Garriga que fue elevando el tono. «Es miserable convertir a los terroristas en víctimas. No se lo vamos a permitir. ETA no ha sido derrotada, ha encontrado el amparo institucional del PSOE, del PNV y de la izquierda radical» y ahora «están decididos a acabar con la corona pero no se lo vamos a permitir». Garriga, de hecho, aseveró que el rey «es aplaudido allá donde va».

Dio un salto el diputado de Vox centrándose en la crisis sanitaria y posteriormente en las polémicas de los ministros Marlaska y Campo. El Gobierno, dice Vox, ha llevado a cabo «la peor gestión de la pandemia en todo el mundo» a pesar de que habían «recibido avisos» sobre el virus chino. «Prefieren protegerse a ustedes antes que a los españoles» porque son «un Gobierno totalitario» que ahora también quiere «acabar con la separación de poderes» a través de la reforma del CGPJ. «Por eso hay que echarles». Al final, hablaron de una «falsa dicotomía entre economía y salud» y no han sido capaces «de salvar ninguna de las dos».

Tuvo tiempo Ignacio Garriga a lo largo de su discurso de apuntar individualmente a cada ministro y ministra. También a Yolanda Díaz y a José Luis Escrivá a cuenta de los ERTE y del IMV, que son «fallidos» porque «no han solucionado la vida de nadie» y contaron «con el voto a favor de todos los grupos de la Cámara menos el nuestro». Vox, de hecho, pide cargar el peso en los políticos pero «no en los españoles».

No huyó Garriga de hablar también de la «inmigración ilegal» y los «problemas derivados de ella por culpa de las políticas de fronteras abiertas». Puso, en este sentido, ejemplos de barrios «que son inseguros» en toda Europa y que ha provocado que «se dispare el número de delitos» en solo unos meses: «Cosas de niños para el Gobierno, señores». De hecho, acusó al Ejecutivo de «darle la espalda» una situación como esta, poniendo como paradigma las okupaciones «también negadas» desde Moncloa.

Sin los votos suficientes

La Mesa del Congreso decidió que los que no acudan a la Cámara puedan emitir su voto telemáticamente, que después será leído por el secretario de la Mesa. Así, se alternará la votación presencial y ‘delegada’ cuando se vaya nombrando uno a uno a los diputados para que comuniquen su ‘sí’, su ‘no’ o su ‘abstención’. La Mesa elegirá por sorteo quién empieza.

En el hipotético caso de que Santiago Abascal obtuviera el respaldo de la mayoría absoluta del Congreso, se consideraría «investido de la confianza de la Cámara» a los efectos previstos en el artículo 99 de la Constitución. Pero si, como sucederá, la moción es rechazada, los diputados que la han suscrito no podrán firmar otra durante el mismo periodo de sesiones, es decir, antes de febrero.

Abascal no tiene ninguna posibilidad de desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa y, de hecho, su moción es la que parte con menos apoyos de las debatidas hasta el momento. De entrada, ya está confirmado el voto en contra de PSOE y Unidas Podemos, de Ciudadanos, de las formaciones independentistas (ERC, Bildu, Junts, la CUP y BNG), de las nacionalistas (PNV y Coalición Canaria) y de buena parte de los demás partidos minoritarios, entre ellos Más País y Compromís y el grueso de los miembros del Mixto (UPN, Nueva Canarias, Teruel Existe y el Partido Regionalista Cántabro).