Amazon lleva varios años recibiendo críticas sobre las condiciones laborables que tienen sus empleados. Esta semana Jeff Bezos, director de la multinacional ha recibido una carta de hasta 400 parlamentarios de varios países en la que le exigen cambios.
Esta carta forma parte del movimiento Make Amazon Pay que han impulsado organizaciones y sindicatos como UNI Global, Greenpeace, Progressive International, Amazon Workers International y la Red para la Justicia Fiscal. Uni Global, representa a 20 millones de trabajadores esenciales en 150 países.
«El mundo sabe que Amazon puede permitirse pagar a sus trabajadores, sus impuestos y reducir el impacto ambiental. Sin embargo, una y otra vez esquiva la deuda» se puede leer en la carta. El escrito está firmado por 401 parlamentarios de más de treinta países y va dirigido expresamente a Jeff Bezos, CEO de Amazon.
De todos esos parlamentarios, 33 son diputados y eurodiputados españoles María Eugenia Rodríguez Palop, Juan López de Uralde y Miguel Urbán, pertenecientes a Izquierda Unida, el PSOE, Barcelona en Comú, Unidas Podemos o ERC. Fuera de España, en la lista hay otros nombres como el del ex-líder del partido laborista británico Jeremy Corbyn, y la vicepresidenta del parlamento europeo, Heidi Hautala. Las nacionalidades de los firmantes van desde Canadá, Chile, Perú y varios países miembro de la UE.
La carta comienza con la advertencia de que «los días de impunidad de Amazon han terminado» y continúa explicando que «el pasado 27 de noviembre, trabajadores, activistas y ciudadanos de todo el mundo unieron fuerzas para demandar justicia por parte de Amazon. Hoy nos comprometemos a apoyar este movimiento en todos los congresos y parlamentos en los que trabajamos. Te escribimos con un único compromiso: hacer que Amazon pague«.
Con este texto no solo se reclaman sueldos más altos, sino condiciones de trabajo mejores. Empleados de los centros de Amazon en Cataluña han llegado a denunciar condiciones laborales «deshumanizantes» que generan problemas físicos y psicológicos. Contar esta situación no es fácil, la empresa ha llegado a ser acusada de espiar los movimientos de sindicalistas, trabajadores y periodistas durante una jornada de huelga. Esto ha llegado a ocurrir en España, Polonia y otros países de Europa.
Estos empleados denuncian desde hace tiempo la alta probabilidad de sufrir lesiones músculo-esqueléticas por la rapidez con la que hay que mover la mercancía y la cantidad de kilómetros que recorren al día dentro del almacén. «Si bien su patrimonio personal ha aumentado este 2020, los trabajadores tienen condiciones de trabajo peligrosas, disfrutan de pequeños o nulos aumentos de sueldo y se enfrentan a represalias por defenderse y organizarse» explican en la carta.
También se dedica parte del escrito a destacar la huella ambiental de Amazon. Denuncian que su plan para reducir las emisiones es insuficiente y que su prácticas monopolísticas han exprimido a las pequeñas empresas, además de su evasión fiscal. «En 2017 y 2018, Amazon no pagó impuesto de sociedades en Estados Unidos. A través de la evasión, Amazon daña la inversión pública en sanidad, educación, vivienda e infraestructuras«, explican. Los firmantes concluyen indicando que están «listos para actuar en nuestras respectivas legislaturas y apoyar un movimiento que crece en todo el mundo«.