Johanesburgo, Sudáfrica, después de que su compañía aérea les haya cancelado su vuelo de vuelta a España. Esta situación se produce tras la decisión de la Unión Europea de prohibir los vuelos con salida o destino Sudáfrica por la variante ómicron del coronavirus.
Hasta el momento, se han detectado los primeros contagios de esta nueva variante en Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, Alemania, República Checa e Italia. Se sospecha que puede haber casos, todavía sin confirmar, en Australia y Dinamarca.
«Algunas aerolíneas como KLM o Air France continuarán viajando a Sudáfrica, mientras que otras han decidido que solo lo harán para sus nacionales. En Sudáfrica no se entiende que el aislamiento sea la respuesta a la excelente labor de segmentación del virus que ha permitido detectar esta nueva variante. Las medidas preventivas son un duro golpe para el sector turístico a las puertas del verano austral», explica Carla Fibla, una periodista española en Sudáfrica.
12 vallisoletanos atrapados
Tras un apasionante viaje, los 12 jubilados se encontraron a la hora de salida ayer sábado con el vuelo cancelado. «Alguien ha recibido del operador nuestro un papel diciendo que no podíamos embarcar, que nuestros billetes no tenían validez porque el Gobierno suizo había decidido que no embarcaba nadie en tránsito», explica Victoria Soto, una de las españolas atrapadas.
No podían hacer escala en Zúrich, Suiza, y rápidamente buscaron plaza en otras compañías. «Era una línea holandesa que estaba a tope porque estaba llevando a los suyos y la compañía Lufthansa alemana que estaba igual», cuenta Soto.
Pasan las horas en el aeropuerto tratando de salir como sea porque todos quieren abandonar Sudáfrica. «Es la ley de la oferta y la demanda, como no hayas comprado te quedas sin él», argumenta esta española.
Tres de ellos ya han conseguido billete para el próximo vuelo y aseguran que les va a costar «tres veces lo de antes, más de 1.800 euros«. En el grupo, están indignados, opinan que «lo que ha hecho Suiza no tiene nombre» y que se sienten un ciudadano «inferior».
Ellos son 12 españoles atrapados, aunque no son los únicos. La embajada española calcula que en torno a 150 tratan ahora de salir de la zona.