1.000 kilómetros por Kyla, la iniciativa de una asturiana en el Camino de Santiago para superar el duelo por su perra

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Amaya Ferrer y hace 5 meses recibió el golpe más duro de su vida: su perra de 15 años, Kyla, moría tras años de enfermedad y sufrimiento: «vivió dos tercios de su vida ciega, con artrosis, tumores y Alzheimer…y aún así, ha vivido una vida plena». Amaya decidió superar su duelo caminando. ¿El reto? salir de Irún, ganar el Jubileo en el Camino de Santiago y acabar en Finisterre. Casi mil kilómetros primero, por el camino del Norte y luego, enlazando con el Camino Primitivo. Todo, en solitario.

El duelo por nuestras mascotas

«Mi intención es visibilizar el duelo por los animales», dice Amaya, «si aprendiéramos a mostrar nuestras emociones nos iría mucho mejor en la vida«. Ha estado a punto de abandonar varias veces, sufre fascitis plantar en ambos pies y durante el Camino ha sido todo un desafío soportar el dolor. Ha descubierto cómo los hospitaleros de los albergues cuidan de los peregrinos, les reciben con baldes de agua con sal y vinagre y multitud de recetas y ungüentos para aliviar el sufrimiento. Amaya, o May, como prefiere que la llamen, ha logrado no sucumbir gracias al recuerdo de su perra y a la fuerza de la gente que ha encontrado, gente que regala su casa, comida, abrazos y mucha fuerza. También se ha emocionado con la cantidad de pastores alemanes que ha encontrado, algunos, incluso, que se llamaban como su adorada amiga Kyla.

El Camino de Santiago, el camino a la cura del dolor

Amaya viaja con una mochila muy pequeña que ha tenido que reducir varias veces , pero en la que no faltan la correa de Kyla y parte de sus cenizas. Esta asturiana de 45 años, exmonitora de snowboard, se convirtió en guía de montaña de excursiones caninas en Andorra gracias a Kyla. “Sufrí un shock por la muerte de Kyla, me vino la culpa y la duda por la eutanasia, que es un tema muy complicado. Hago el Camino para sanar todo ese dolor”. Su buena preparación física ha sido fundamental para lograr completar este reto.

Tras 45 días de extenuante camino, Amaya y Kyla, han llegado este 15 de Octubre a Santiago de Compostela. Su intención es continuar los próximos días hasta Finisterre para hacer un último homenaje a su compañera.