Por Álvaro del Castillo
Puertollano ha aprendido a golpes. A base de esperas eternas, promesas incumplidas y obras que no terminan nunca. El Paseo del Bosque, esa herida abierta en el corazón de la ciudad, es el símbolo perfecto de una gestión que nunca termina de arrancar. Y ahora, justo cuando parecía que podíamos ilusionarnos con un nuevo comienzo, el Ayuntamiento anuncia la adjudicación provisional de las obras a una empresa andaluza: AFC Construcciones y Contratas S.L.
Y sí, claro que todos queremos que esto se retome. Claro que queremos volver a pasear, a aparcar, a ver vida donde hoy solo hay vallas y abandono. Pero… ¿es esta la empresa adecuada? ¿Hemos aprendido algo de lo que pasó con Sarrión, o simplemente estamos a punto de repetir el mismo desastre con distinto nombre?
Sarrión: el fantasma que aún camina por el Paseo
No hace falta rebuscar mucho. Todos en Puertollano sabemos lo que pasó: Sarrión dejó tirada la obra, y con ella, a toda la ciudad. El proyecto se convirtió en un monumento a la desidia, un símbolo de cómo una mala adjudicación puede arrastrar años de progreso. Fue, de hecho, uno de los grandes clavos del ataúd electoral del PSOE en 2023.
Y ahora, lo que vemos es una especie de déjà vu preocupante. Porque la empresa que ha resultado adjudicataria provisional —AFC Construcciones y Contratas— también arrastra un historial problemático. No lo digo yo. Lo dicen medios como La Voz del Sur o Radio Jerez, donde se documenta cómo esta empresa abandonó las obras de la Plaza San Juan en Jerez de la Frontera, obligando al Ayuntamiento a rescindir el contrato tras meses de inacción y quebraderos de cabeza.
No afirmamos. Pero sí preguntamos. Y lo hacemos alto.
No vamos a decir que AFC hará lo mismo aquí. No tenemos ninguna bola de cristal. Pero cuando uno lee que el Consejo Consultivo de Andalucía le da la razón al Ayuntamiento de Jerez, cuando se menciona incluso la palabra “chantaje” en boca de representantes públicos, cuando se constata que las obras se paralizaron y se abandonaron… lo mínimo que uno puede hacer es levantar la ceja. Y exigir vigilancia. Y exigir explicaciones.
¿Quién decidió que esta era la empresa más idónea para una obra tan sensible en Puertollano?
¿Se evaluaron estos antecedentes?
¿Cuáles son las garantías? ¿Qué medidas se han tomado para que, si algo va mal, no acabemos otra vez empantanados?
Porque, alcalde, si esto sale mal —y ojalá no lo haga— esta vez la culpa no será de la empresa. Será suya. Porque esta vez, ya sabíamos.
La ciudad no soporta otro error
Los vecinos de Puertollano no necesitan más esperas. No necesitan más ruedas de prensa. No necesitan más promesas. Necesitan resultados. Y lo que más necesitan ahora es saber que, esta vez, no se han vuelto a equivocar.
Porque usted, señor Ruiz, ha dicho que esta obra es su “prioridad total”. Ha dicho que viene “a arreglar lo que otros dejaron a medias”. Ha repetido en entrevistas y plenos que no permitirá que el Paseo del Bosque se convierta en otra chapuza. Bien. Este es el momento de demostrarlo.
Deje de escuchar a quienes lo adormecen
Pero le voy a decir algo más, y se lo digo desde el respeto que merece su cargo y la responsabilidad que conlleva: usted hace muchas cosas bien, pero se está rodeando mal. Muy mal. Hay decisiones, hay nombramientos, hay estrategias de comunicación y gestión que parecen sacadas de un manual de errores políticos.
¿De verdad cree que quien le oculta problemas, le disfraza la realidad o le aplaude por sistema le está haciendo un favor? No, señor Ruiz. Esa gente no le ayuda. Lo hunde. Porque no hay peor enemigo para un buen capitán que un primer oficial que le dice que el mar está en calma mientras el barco ya hace agua.
Ródeese de quien le diga la verdad, aunque duela. De quien sepa. De quien construya. No de quien le endulce el oído mientras los ciudadanos pierden la paciencia.
La gran prueba ya no es la obra: es usted
Este contrato es una bomba con temporizador. Si AFC cumple, será una redención. Pero si vuelve a pasar lo que pasó con Sarrión —si hay parálisis, si hay conflicto, si hay abandono— entonces no habrá excusas que valgan. Porque esta vez se eligió sabiendo.
No le pedimos milagros. Le pedimos firmeza. Le pedimos liderazgo. Y, sobre todo, le pedimos que asuma que Puertollano no puede permitirse ni un solo error más.
Y créame: ni yo, ni muchos vecinos, vamos a quitar la vista del Paseo. Vamos a seguir observando. Porque esta ciudad ya ha tragado demasiado.
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