Un templo que resume la historia, el arte y la fe de un pueblo, símbolo de la identidad manchega.
En el corazón de Castilla-La Mancha, la Iglesia de Santa María la Mayor de Alcázar de San Juan guarda más de ocho siglos de historia. Este templo, declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, es un reflejo vivo de las raíces y la evolución histórica de la ciudad.
Sus orígenes se remontan a la época romana, cuando fue un templo pagano. Posteriormente, durante el período visigodo, se transformó en iglesia cristiana, y en tiempos de dominación árabe fue convertida en mezquita, conservando aún vestigios mudéjares que la hacen única. Tras la Reconquista, el edificio volvió a consagrarse como templo cristiano, dedicado a la Asunción de la Virgen.
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El párroco, Francisco Javier Quevedo Muñoz, destaca que “la historia de la iglesia es también la historia del pueblo de Alcázar, porque el pueblo creció alrededor de ella”.
En su interior, destaca una auténtica joya barroca: el Camarín de la Virgen del Rosario, patrona de Alcázar de San Juan. Quienes lo visitan quedan impresionados por su belleza y valor artístico, considerado uno de los espacios más admirados del templo.
El año 2026 marcará el octavo centenario de la parroquia, una fecha que reforzará su valor histórico y espiritual. La iglesia se encuentra en el entorno del Torreón del Gran Prior y el Cubillo, uno de los conjuntos patrimoniales más emblemáticos de la localidad.
La Iglesia de Santa María la Mayor no solo es un lugar de culto, sino también un punto de encuentro entre la fe, el arte y la historia de Castilla-La Mancha. Un espacio que invita a detenerse, admirar su arquitectura y dejarse envolver por ocho siglos de devoción.
