En el Gobierno buscaban un golpe de efecto y creen que lo han logrado con el tono de Sánchez en el Senado. Frente al bronco debate de septiembre, que se resumía en la coletilla «¿Insolvencia o mala fe?», en esta ocasión el presidente del Gobierno optó por un tono más tranquilo, pero sin perder un punto burlón, ironizando sobre la experiencia de Feijóo.
No está muy claro que este tipo de debates calen en la gente. No parece que creen una atención desmesurada, curiosidad por saber qué modelo de país ha de imperar en un contexto tan adverso, con la inflación altísima aunque moderándose un poco, casi en el 9%; y amenazas de recesión en Alemania y de otoño conflictivo en Francia. Pero Sánchez decidió a finales del verano que había que desmontar al líder del PP como sea después del desastre de las elecciones andaluzas, y para ello se propuso buscar duelos cara a cara.
Sin embargo, ¿es este nuevo tono una enmienda a la totalidad al Sánchez de septiembre? En el Gobierno no lo ven así. En el entorno próximo al presidente celebran haber cogido a Feijóo con el pie cambiado. «Ha perdido los papeles pensando que iba a encontrar lo de la anterior vez«, afirman en La Moncloa. «El tono le delata», añaden mientras celebran haber centrado el cara a cara en «cuestiones que están en el debate económico, energético y fiscal».
Habrá más debates
En el Gobierno creen que, frente al tono «duro de Feijóo», Sánchez mostró empatía recalcando las medidas aprobadas durante las últimas semanas. «Política de verdad frente a marrullería«, resumen en La Moncloa donde no descartan repetir «este formato porque es bueno para los ciudadanos». En el Palacio son conscientes del foco mediático para volver a insistir en sus medidas que se les abre cada vez que plantean un debate con Feijóo.
Fuentes de Moncloa no descartan que haya más duelos. Al presidente el formato le va como anillo al dedo, pues él habla sin límite de tiempo y Feijóo tiene que despacharlo todo en 20 minutos. Así que puede que en noviembre se celebre el tercer cara a cara a pesar de que en política, como en el amor, las estrategias, de tanto usarlas, también se rompen.
La Moncloa prometió que centrarían el discurso de Sánchez en la política fiscal y así fue. El presidente atacó la política impositiva de las comunidades del PP y prometió que, de cara al invierno, «no se van a adoptar medidas drásticas» ni «apocalípticas». «A ningún hogar español le va a faltar energía para calentarse y cocinar este invierno«, auguró el presidente para dar un mensaje de tranquilidad.