higiene personal para evitar un posible contagio en coronavirus se ha convertido en una costumbre para la mayoría de españoles que no dudan en llevar a mano un gel desinféctate o utilizar más la tarjeta de crédito para hacer pagos que antes, posiblemente, se preferían hacer en efectivo. Desde consumir un café hasta comprar en el supermercado. Así lo demuestra el último informe sobre consumo publicado por BBVA Research, que refleja que los españoles tiramos de tarjeta casi un 30% más que en 2019.
Ya sea por razones de seguridad o de comodidad, el uso de las tarjetas de crédito se ha disparado desde que comenzó la pandemia y se usan sobre todo en zonas de interior para los gastos de alimentación o para pagar en bares y restaurantes.
Además, el aumento del comercio electrónico también supone que las transacciones «no presenciales» también hayan crecido casi un 54% frente al pasado 2019, aunque se espera que de cara a esta segunda mitad de año, vuelvan a recuperarse niveles similares a los que existían anteriormente en cuanto a consumo «presencial».
Preferimos tarjeta aunque el efectivo no sea foco de contagio
El año pasado la Organización Mundial de la Salud ya descartó que el efectivo fuese un foco de contagio de COVID-19 pero aún así, «mejor prevenir que curar», habrán pensado muchos españoles y lo que en 2020 se había convertido en un gesto habitual – sacar la tarjeta para pagar-, se ha mantenido este 2021. De hecho, aún hay algunos comercios que siguen prefiriendo este tipo de pago al efectivo.
Por otra parte, la tasa de crecimiento en el país se está estabilizando y España se sitúa entre los primeros territorios donde este hecho es más evidente. Se debe, en gran parte, a que con el comienzo del verano, los restaurantes y los hoteles están empezando a impulsar su actividad, así como el entretenimiento y el transporte que se están recuperando, aunque a distintos ritmos. En el mes de julio se han recuperado los niveles de hace dos años por primera vez desde el principio de la pandemia.
La brecha entre el comercio electrónico y las compras físicas se hizo evidente a lo largo del 2020, y aunque los españoles sigamos ‘clikeando’ para comprar con mayor frecuencia que antes de la pandemia, se está reduciendo. Las compras presenciales han aumentado en 50 provincias respecto a julio de 2019 e, incluso, en algunas comunidades de interior. como Ávila o Segovia, el gasto medio de los españoles ha sido mayor que en dicha fecha.