cuerpo sin vida de Olivia, la niña de 6 años desaparecida hace mes y medio en Tenerife junto a su hermana Anna y su padre, Tomás Gimeno, rompe las esperanzas de la madre, Beatriz, que siempre defendió la tesis de la fuga. El buque oceanográfico Ángeles Alvariño sigue buscando en las profundidades del océano. Una zona de acantilados y rocas volcánicas que dificulta el rastreo. La Guardia Civil cree que Tomás Gimeno asesinó a sus dos hijas, arrojó los cuerpos al mar y luego se suicidó.
Continúa la búsqueda
El cuerpo de Olivia fue hallado a unos 1.000 metros de profundidad en el interior de una bolsa de deportes, sujeta al ancla de la embarcación del padre de las niñas, Tomás Gimeno. Junto con esta bolsa se encontró otra pero vacía.
Dotado con un sonar y un robot submarino, el buque oceanográfico Ángeles Alvariño ha buscado a profundidades de hasta 2.000 metros. Hace unos días prolongó una semana más el rastreo y fue entonces cuando localizó la botella de buceo y la funda de edredón. Dos objetos que pertenecen al padre.
La búsqueda, que ha sido ininterrumpidamente durante la noche y día, continúa ahora. Junto a la bolsa de deportes donde se encontraba el cuerpo de Olivia había otra bolsa vacía. La Guardia Civil cree que el padre mató a sus dos hijas, arrojó los cuerpos al mar y después se suicidó.
El sonar trata de localizar también más objetos relacionados con el caso de las niñas desaparecidas en Tenerife. Las pequeñas fueron vistas por última vez el 27 de abril cuando Tomás no las devolvió a la madre, Beatriz. En este tiempo se han mantenido abiertas varias hipótesis aunque los investigadores no han sido demasiado optimistas.