El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, cuestiona la propuesta de Junts sobre inmigración y propone reformar la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para dar estabilidad política.
«España no puede fragmentarse con fronteras internas»
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su rechazo a la posibilidad de ceder competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña, una demanda planteada por Junts en las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Durante una entrevista en Tele 5, García-Page ha señalado que la cesión de esta competencia supondría un grave precedente, ya que en Europa se avanza en la eliminación de fronteras, mientras que en España «se pretende hacer lo contrario».
«Estamos colocando fronteras dentro de nuestro propio país, en lugar de seguir el modelo europeo de integración y convergencia», ha afirmado.
Para el líder castellanomanchego, esta exigencia forma parte de una cadena de concesiones que socavan la soberanía nacional, y ha alertado de que Cataluña pretende asumir atribuciones propias de un Estado independiente.
«Cuando Junts habla de inmigración, lo hace con un discurso que roza la xenofobia. No es una cuestión de mejorar la gestión, sino de restringir la llegada de personas», ha advertido.
García-Page ha enfatizado que, como presidente autonómico y como socialista, su deber es defender la Constitución, recordando que todos los cargos públicos han jurado «acatar y hacer acatar» la Carta Magna.
Presupuestos plurianuales para evitar bloqueos políticos
En un encuentro informativo en Sevilla, organizado por la Fundación Cajasol, García-Page ha planteado una reforma en la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), proponiendo que su vigencia sea de cuatro años en lugar de uno, con el objetivo de dar estabilidad a los gobiernos y reducir la dependencia de acuerdos parlamentarios puntuales.
«El principal problema no es la legislación electoral, sino la falta de estabilidad presupuestaria. Si un Gobierno tiene asegurado su presupuesto a largo plazo, no estaría sometido a presiones constantes», ha argumentado.
Según el presidente castellanomanchego, el actual sistema de presupuestos «a un año vista» es ineficiente, ya que «cuando se empieza a ejecutar el presupuesto, ya se está trabajando en el siguiente».
«Quienes gestionamos sabemos que esto no funciona. Es una de esas reformas que se podrían hacer sin necesidad de modificar la Constitución», ha defendido.
«Los presidentes autonómicos podríamos lograr grandes acuerdos»
En la misma intervención, García-Page ha abogado por una mayor coordinación entre las comunidades autónomas, señalando que, si se dejara negociar directamente a los 17 presidentes autonómicos, podrían alcanzarse acuerdos eficaces en asuntos clave como la sanidad, el gasto farmacéutico o la financiación autonómica.
«El gasto en farmacia es una hemorragia sin control, puede dispararse del 15 al 30% del presupuesto sanitario si no se toman medidas», ha advertido, sugiriendo que las comunidades podrían consensuar estrategias conjuntas para frenar este problema.
Decepción por las concesiones del Gobierno a los independentistas
García-Page también ha reconocido su descontento con las negociaciones del Gobierno con los partidos independentistas, afirmando que en la pasada legislatura el PSOE «se dejó muchos pelos en la gatera», pero que en este mandato la situación es aún más preocupante.
«Más que pelos, es la piel lo que nos estamos dejando», ha expresado.
Si bien entiende que gobernar implica alcanzar acuerdos, ha advertido que «todo tiene un límite» y que las recientes concesiones al independentismo están desdibujando el modelo de Estado.
Un llamamiento a la estabilidad y al consenso
En conclusión, Emiliano García-Page ha reiterado la necesidad de preservar la unidad territorial, evitar cesiones que rompan el equilibrio entre comunidades autónomas y promover reformas estructurales que den estabilidad al país sin generar crisis políticas recurrentes.
Su propuesta de presupuestos plurianuales y una mayor cooperación entre comunidades plantea una alternativa a la actual dinámica de negociación constante, que, según él, debilita la capacidad de gestión y planificación del Estado.
El debate sigue abierto, y con él, las tensiones dentro del propio Partido Socialista, donde García-Page representa una de las voces más críticas con la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez.