El canciller Olaf Scholz ha decidido que las tres centrales nucleares que quedan en el país puedan seguir funcionando hasta el próximo 15 de abril de 2023 como máximo.
Alemania ha tenido que reestructurar su combinación energética debido al corte del suministro de gas ruso como consecuencia de la guerra en Ucrania, que ha tenido como consecuencia una gran subida de los precios haciendo temer una escasez de calefacción y energía durante este invierno, según ha recogido la agencia DPA.
Para ello, una de las soluciones que se baraja es el uso temporal de las centrales nucleares Isar 2, Neckarwestheim 2 y Emsland que iban a ser eliminadas de acuerdo con un plan gubernamental de larga duración el próximo 31 de diciembre de 2022.
La decisión de Scholz se ha producido tras las conversaciones mantenidas durante el fin de semana entre los miembros de la coalición, que finalmente han finalizado sin acuerdo claro. Tras ello, la oficina de prensa federal en Berlín publicó una carta del canciller a los ministros de su gabinete en la que les ordena presentar propuestas legislativas para que las centrales nucleares puedan seguir funcionando más allá de fin de año, hasta el 15 de abril de 2023 como máximo.
Los liberales de los Demócratas Libres han acogido con satisfacción la decisión, mientras que los Verdes han reaccionado inicialmente con cautela. Mientras, el Partido Socialdemócrata Alemán ha hecho un llamamiento a llegar a un acuerdo para firmar una «ambiciosa ley» que aumente la eficiencia energética del país, según la citada agencia.
El Gobierno alemán también quiere crear las condiciones para la construcción de nuevas «centrales de gas con capacidad de hidrógeno«, es decir, centrales que puedan funcionar posteriormente con hidrógeno respetuoso con el clima.
La decisión de Scholz abre el camino para salir del estancamiento en que se encuentra la utilización de la energía nuclear o su mantenimiento en reserva en medio de la actual crisis energética.