Durante los últimos años, las tendencias de cocina nos están guiando hacia una alimentación más saludable, donde las verduras y hortalizas están adquiriendo un papel cada vez más protagonista en la mesa. Si hay una verdura que destaca por la revalorización que ha tenido últimamente, ésa es el brócoli: ha pasado de ser una hortaliza villana, poco apreciada por su textura y sabor por parte de los más pequeños de la casa (y algún que otro adulto) a ser un fiel compañero saludable en nuestra dieta, gracias a su elevado contenido en antioxidantes, vitamina C, B2 y fibra.
Origen del brócoli y tipos
La palabra brócoli (o brécol, ambas acepciones correctas según la RAE) proviene del término italiano brocco, que significa brote. Se cree que este nombre le fue dado debido a las numerosas cabezas florales o brotes, que pueden observarse sobre las ramas del grueso tallo de la planta.
El brócoli pertenece a la familia de las brasicáceas, familia en la que se encuentran especies como la coliflor, el repollo, la berza o la col china. Se cree que su origen tuvo lugar gracias a un cultivo selectivo de diversas plantas de col silvestres, que dieron lugar a las variedades de las que descienden las variantes de brócoli actuales. Es una hortaliza que prefiere los climas suaves, con temperaturas frescas que no superen los 25 grados centígrados y, sobre todo, constante humedad del terreno para un correcto desarrollo de sus sabrosos brotes.
Al pertenecer a una familia tan vasta, son muchas las variedades de brócoli que se han desarrollado en la agricultura, dependiendo de la zona de cultivo y de sus costumbres culinarias. A continuación, os destacamos las siguientes:
- Brócoli calabrese: es el brócoli tradicional. Su nombre le viene de su lugar de origen, la región italiana de Calabria, en el sur de Italia. Los brotes floridos color verde oscuro y se conforman en disposición apretada a lo largo de todo el tallo. Ambas partes de la verdura son comestibles. El peso medio de un brócoli calabrés suele ser de unos 500 gramos.
- Brócoli morado: también llamado brócoli de Sicilia, es muy similar al brócoli común, teniendo incluso igual sabor. La diferencia más evidente es que los ramilletes tienen un color morado y son más pequeños.
- Brócoli chino: también conocido como ka-i-lan o col verde china. A diferencia del brócoli tradicional es una verdura con hojas grandes y planas. Su color es brillante, de tonos verde azulado. Sus tallos son más finos que los del común. Su sabor, más amargo que el del brócoli tradicional, es muy apreciado en la gastronomía de China.
- Bimi: Se trata de una new entry en el mercado español. Conocida como Baby broccoli o Broccolini en algunas zonas de Asia y Europa, es considerado una verdura muy completa debido a la gran cantidad de beneficios nutricionales que aporta. Tiene origen en la unión natural entre el brócoli tradicional y el brócoli chino, de ahí que su forma sea un mix entre ambos. Tiene un tallo fino y alargado, y su florete es como el de un brócoli tradicional. El sabor del tallo es dulce y recuerda al gusto del espárrago verde, mientras que el sabor del florete es más suave que el del brócoli tradicional.
- Romanesco: es una variedad de brócoli, creada a partir de la unión del brócoli tradicional y la coliflor. Su color también es verde, pero más claro que el brócoli calabrese, mientras que sus ramilletes se disponen en forma de espiral, creando uno de los mayores exponentes de la proporción áurea en la naturaleza. Su sabor es suave pero con una textura más crujiente que el brócoli tradicional.
Propiedades y beneficios del brócoli
El brócoli es una hortaliza con múltiples beneficios y propiedades para nuestra salud. Entre dichas propiedades destaca su poder antioxidante gracias a la presencia de fitoquímicos y flavonoides, que ayudan a evitar la oxidación de lípidos en nuestro cuerpo, reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La presencia de flavonoides, además, ha demostrado también tener efectos positivos en la lucha contra el cáncer, gracias a su elevado contenido en selenio.
El alto contenido en fibra y proteínas del brócoli nos ayuda a acelerar el metabolismo y, junto con su alto contenido en vitamina C y calcio, convierten a esta hortaliza en el aliado ideal para quiénes quieren perder peso o necesitan regular su dieta.
Otro beneficio derivado de la ingesta de brócoli es el aporte de vitamina B2. La vitamina B2 ayuda a nuestra vista, reduciendo y previniendo la aparición de cataratas e, incluso, de enfermedades más graves relacionadas con la visión, como la degeneración macular.
Usos del brócoli en la cocina
El brócoli es una hortaliza muy versátil, pudiendo ser protagonista de multitud de preparaciones culinarias. Sea fresco o congelado, sus características propiedades no varían demasiado. Eso sí, para conservar su color, textura y mordiente característicos, recomendamos una cocción breve, nunca superior a los 10 minutos y preferiblemente al vapor o en una olla con poca agua. Así conseguiremos también mantener intactas sus propiedades, evitando que pierda minerales o vitaminas hidrosolubles.
Una vez cocinado, el brócoli se presta a ser un fantástico protagonista en platos de salteados de verduras o ensaladas frescas. También puede resultar sabroso como relleno en empanadas, tartas rústicas saladas o pastas rellenas como raviolis o tortellini; combinando a la perfección con otras verduras o con carnes y embutidos. En este sentido, el brócoli encuentra un gran aliado en la carne de cerdo y sus variedades, como la panceta, el chorizo o el lomo adobado.
Esta capacidad de combinar tan bien con carnes, nos permite preparar también albóndigas de brotes de brócoli, hamburguesas veganas e incluso, croquetas de queso, jamón y brócoli, para animar a los más pequeños de la casa a aficionarse a su sabor y su textura. Además, si batimos sus tallos con la batidora, podemos crear estupendas salsas con las que preparar recetas de pasta, arroces o risotto.
En definitiva, el brócoli representa una fuente inagotable de vitaminas, minerales y fitoquímicos altamente beneficiosos para nuestra salud. Utilizando nuestra imaginación culinaria, podemos aprovechar prácticamente todas las partes de esta hortaliza y, gracias a su capacidad para ser transformado en la cocina, podemos prepararlo en innumerables recetas que harán las delicias de todos los comensales.